Partí de Castril por la tarde, a la fresca. Sabia que esta jornada iba a ser dura, porque el camino que iba a realizar sólo lo pueden subir vehículos todoterreno, dada la acusada pendiente que tiene el carril, asi que preparé esta vez las alforjas y metí el saco de dormir, la funda vivac, la esterilla, comida, agua y la recien comprada tienda de campaña T3 Ultralight Pro de Quechua. Mi intención era ir a dormir en la sierra, que tenia ganas, llegando a la noche hasta la mitad del trayecto, donde estaria en el punto más alto.
Y empecé a subir la gran cuesta, una ruta circular de 8 kilómetros de dificultad media, según el panel de información. Aquí os dejo algunas fotos del paisaje que nos ofrece esta primera parte de la ruta.
Cuando llegué al Cortijo del Peñon, estaba terriblemente cansado. La pendiente realmente era brutal, tuve que bajarme varias veces de la bici y empujar. A veces, tenia que usar el freno de la bici para avanzar, ya que derrapaba hacia abajo. Pero tenia que seguir, estaba oscureciendo y me faltaba aún un poco para llegar a la zona donde iba a acampar.
Finalmente, llegué cerca de las 10 de la noche, donde monté la tienda. ¡Lo habia conseguido!. El inicio de la ruta está a 1030 metros de altura. Llegué hasta los 1440 metros de altura. ¡Habia subido 410 metros!, y realmente más, ya que tenia acumulado de otras bajadas y subidas desde Castril, que está a 900 metros. Que paliza. Sé que para muchos esto es una tonteria, pero para mi, es un logro.
Estuve un rato en el Cortijo de Hoyos de Moreno (en los mapas se llama Cortijo el Peñon. pero no es asi), donde Gregrorio, MariCarmen y su familia, pastores, invitó a cenar y pasamos un buen rato. Probé por primera vez el calostro de cabra, ¡que rico!.
Me desperté a la mañana siguiente, para continuar la ruta, bajando hasta el arroyo por el camino que tendria que seguir.
Me acerqué al arroyo, donde busqué algo que me comentó Carmen que habia estado por allí.. Fósiles. Fósiles de conchas, a más de 120 kilómetros de la costa y a más de 1 kilómetro de altura. También habia de gusanos de épocas que ya quedan muy lejanas.
Después de ver los fósiles, seguí el camino del arroyo, que me llevaría de nuevo al sendero del rio, bajando siempre, con lo que seria ya más fácil que la jornada anterior. Iluso. No sabia lo que me esperaba. El primer problema, el sendero se acaba en una presa.
Y luego vendria otra, y de ahi en adelante todo seria bajar...pero por senderos para caminar, no para pedalear. Pero como soy muy cabezón (y no tenia ganas de volver atrás) quise hacer la ruta entera con mi bici, aunque la llevara a cuestas a veces. Creo que he sido el primero que lo ha hecho con una bicicleta. De locos.
A veces me desorientaba, porque el sendero se perdía. Pero en esos momentos, se encuentra una baliza que te indica el camino. Una de las veces me encontré al borde de una cascada. Pero arriba vi la indicación, asi que sabia por donde seguir. Lo que no sabia es que se pudiera escalar una pared con una bicicleta.
Superado la pared, el camino se hizo un poco más fácil, y llegué al sendero del rio. ¡Ruta realizada!.
Conclusión: prometo no volverlo a realizar asi. Es apto para senderismo, pero para nada para cicloturismo. ¡Y menos con alforjas cargadas!
La ruta:
Increíble este viaje... una sierra arisca pero hermosísima, quizá por ello nos atrae tanto... Muchas gracias por darnos la oportunidad de ver tus imágenes cada vez que queramos recordarla!! Mucho ánimo para todo lo que sigue!!
ResponderEliminarBlimunda
Mi Blimun! no sabía que supieras escribir, pajarita!
ResponderEliminarLa verdad, Vicente, es que fue una locura lo que hiciste, pero sin locuras, la vida es muy sosa!
Te quiero, nene!