domingo, 18 de octubre de 2009

Naveros

Domingo por la mañana. Un dia estupendo. El dia anterior, mientras estábamos por la noche en la Taberna Pirata en Cádiz, debatimos qué ibamos a hacer el domingo. Surgió lo de ir a Naveros, pero mientras pasaba la noche, salieron otras alternativas, por el cansancio que sentiamos entonces, y no quedó claro la cosa.
Cuando desperté (algo temprano, pese haberme recogido tarde del sabado), viendo el dia tan bueno que hacia, me entraron unas ganas enormes de hacer un trayecto largo, y con Victor, comenzamos la ruta hacia Naveros.

Bajamos rápidamente por la salida de Chiclana-Medina, y cogemos la primera rotonda, saliendo a la derecha. Luego, vamos mirando a la izquierda hasta encontrar un camino, el cual cruza el puente de la autovia por debajo. Una vez alli, seguimos el camino a la derecha, hasta encontrar un cartel indicativo de la Vereda de la Asomada. Es aqui donde vamos a comenzar el camino a Naveros.

Cartel informativo



Comienzo de la ruta


El terreno empieza con alguna dificultad, ya que es bastante arenoso. Avanzamos andando entre matorrales y, algo escondido, encontramos más adelante uno de los puntos mágicos de Chiclana, la Cruz de la calzada de Carrascal.


Terreno arenoso



Matorrales 


Punto Mágico



Pasado el punto mágico, nos encontramos con un carril ancho, y bastantes casas. En una agradable bajada, salimos de la civilización, y nos encontramos de lleno en el campo. A partir de aqui, hay alguna que otra subida, pero no son muy largas. El carril se estrecha, pero es cómodo de transitar. Destacar las vistas que ofrece el panorama desde arriba, desde la que se divisa Medina.

Cuesta abajo


Carriles



En medio del campo




Medina



Caminos de los que me gustan


Pedaleando


Siguiendo el camino, llegamos al Pozo del Lázaro. Es una pena la zona de descanso, ya que ha sido abandonada (probablemente, desde que se construyó), y esta sepultada entre un montón de matojos secos. Tanto, que casi la ignoramos. Una lástima.

Pozo de Lázaro


Una mirada al pozo


Panel informativo del pozo


Después de la pequeña parada, seguimos el carril, ahora más grande. En una bajada, nos encontramos una pequeña pista de aterrizaje, de donde despegan los amantes del vuelo a motor. Seguimos por el mismo carril, observando a lo lejos una zona de arboles. Antes de llegar alli, nos cruzamos con ganado y gente realizando sus labores.

Bajada





Pista de aterrizaje


En el aire



Vacas




Labores en el campo


El carril se estrecha al entrar en la zona arbolada. Aqui cambia el entorno, en el que se puede encontrar encinas, palmitos, matorrales, etc. Es un trayecto muy agradable a la vista, más fresco y con bastante sombra.
Aquí, nos acompañan nuevamente vacas, las cuales teníamos más cerca, y nos observaban atentamente.


Entre encinas y palmitos


Un lugar tranquilo


Buscando el almuerzo


Miradas vacunas




A la sombra


Después de un largo trayecto, se sale de la zona verde, para encontrarnos nuevamente entre montes. Esta zona es la más dura, ya que el carril pasa de gravilla a tierra, con boquetes, y poco transitada. Y es normal, ya que estamos bastante lejos de cualquier edificio, y poca gente ha de pasar por alli. En épocas de lluvia, debe de ser imposible ir con la bici, ya que debe de embarrarse. El camino no se ve ni en el Google Earth, pero no temais, que se pude avanzar.
A todo esto, hay que añadir que es una subida constante, y que el sol empezaba a notarse. Largo tiempo estuvimos deseando de encontrar un árbol en el camino para echar un rato a su sombra (se veian muchos, pero estaban alejados del mismo).
Carriles camperos


Al fin, se acabó la pendiente, y pudimos encontrar un grupo de pequeños pinos, lo suficientemente grandes como para darnos un lugar fresco, y lo más importante, sombra. Descansamos un buen rato alli. Ya no deberia de faltar mucho para llegar a nuestro destino: Naveros.


 Brotes de pinos en el camino



Bendita sombra


Un rato para relajarse



Luego de haber descansado, seguimos adelante. Resulta que estábamos prácticamente al lado de Naveros, ya que el carril por el que ibamos se acababa en un cruce con un carril principal, y en sólo 5 minutos llegamos.
La ida, es en total, unos 19 km. Dimos una vuelta, y descubrimos que es un pequeño pueblo, el cual tiene sus calles señalizadas, centralita de telefonica...hasta polideportivo. Tampoco le faltan las ventas, ya que vimos un par de ellas.

Como era la hora de almorzar, fuimos a una de estas ventas, a ver si podiamos comer alguna tapa. Un camarero avispado nos veria dudar afuera, ya que salió rapidamente y nos despacho sin que nos dejara pensar (el tio es bueno), recomendandonos comer afuera, en unas mesas de mármol. Nos veria que no ibamos a entrar por el tema de dejar las bicis afuera, y saldria rápidamente para solucionar el problema XD.
Comimos bien alli, ya que elegimos el menu del dia, que consistia en un 1º plato, 2º plato, bebida, y postre. Todo por 8 €, que la verdad, no está nada mal. La comida, pues es fácil de imaginar: Venao, jabali, conejo...lo típico en la zona.

Naveros


Un buen cafe para finalizar



A lo tonto, nos quedamos alli casi una hora, a la sombra y comiendo tranquilamente. Ya tocaba volver, y para no repetir recorrido, lo hicimos por carretera, hacia el Pago del Humo. Tenia pensado que la vuelta iba a ser de relax, todo cuesta abajo, y con la comodidad del asfalto.....me equivoqué. Las cosas de mirar las fotos aéreas en el Google Earth, que no ves las cuestas. Porque vaya que si las hay, bastante empinadas.
Lo bueno es que no hay trafico apenas, y las carreteras están en perfecto estado, lo cual los sube uno poco a poco. En una de las cuestas tuve que resignarme y cambiar del plato grande al chico, ya que de lo contrario me tenia que haber bajado de la bici. Resignarme, porque luego me costó mucho trabajo cambiar del chico al grande....es un problema que arrastra la bici desde que empecé con ella, asi que tendré que solucionarlo en breve.

Una vez pasado las cuestas, sólo nos quedaba la última, que separa Vejer de la frontera de las proximidades del Pago del humo. Pedaleamos cuesta abajo, y, alcanzando una velocidad de 53 km/h (tuve que dejar de pedalear porque acojonaba) logramos superar la mitad de la misma sólo con el impulso de la bajada. Ya estabamos en el Pago del humo. En el horizonte, Chiclana de la frontera. Sólo quedaba volver, unos 25 km de trayecto por carretera tranquilos, ya que casi todo es en llano, con poca circulación de vehiculos y con inclinación hacia abajo.

Cuestas jodias


Por carretera




El total, ya ves, 44 km. Por ahora, mi récord en distancia, y no estaba muy cansado. Un dia muy bueno, que pienso repetir en el futuro, y espero que Gorthaug se venga la próxima vez, que tiene que disfrutarlo.

La ruta del dia:


Ver Chiclana-Naveros en un mapa más grande

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