Puesto a punto la bicicleta de Carmen, nos dirigimos al punto mágico de Miralmar desde la gasolinera Cepsa por el camino habitual, y recorrimos el Cordel del Fontanar, entre campos de trigo. Los caminos han sido reparados, y ya no existen esos surcos que dificultaban el pedaleo. Encontramos a muchos "curas" (meloe majalis), unos escarabajos que se carecterizan por su gran abdomen con lineas naranjas y que son muy comunes por aqui.
Llegamos a la primera de las lagunas, la laguna Jeli, la más grande de las lagunas que completan el Complejo Endorreico de Chiclana. De agua dulce, es un lugar de visita de numerosas aves acuáticas, como flamencos, gaviotas y andarrios. También se pueden ver fochas y rapaces.
Antes de entrar en la laguna, en uno de los arroyos que lo alimenta podemos encontrar minerales.
La siguiente laguna a visitar es la de Montellano, muy cerca de la laguna Jeli. Es la primera vez que la exploramos de verdad ya que siempre la hemos visto de lejos. Siguiendo uno de sus arroyos, podemos llegar al linde de la laguna, donde se encuentran tranquilamente fochas y ánades.
Foto de Carmen
Volvimos por nuestros pasos, recorriendo el Cordel del Fontanar, para dirigirnos a la Laguna de la Paja. Hicimos una parada en el horno romano que nos podemos encontrar en camino. Lástima que esté tan abandonado y descuidado.
Bajamos por la carretera del velódromo, y cruzamos el rio Iro. Nuestra intención inicial era coger por la vereda de la asomada y luego seguir la transandalus por el circuito de motocross, pero sabiendo que hay un charco dificil de cruzar, decidimos ir por la carretera hasta la transandalus. De todos modos, no recomiendo coger por la carretera, ya que hay mucho tráfico por aqui, asi que dejo la ruta tal como nos hubiera gustado realizarla. En la transandalus hay también otro problema, y es cuando llegas un poco antes del puente que te lleva al pinar de hierro. Y es que el camino te lo corta un riachuelo estancado. Y si no está abierto la propiedad privada, te tienes que colar por el riachuelo y seguir el pequeño canal para salir de alli por unas verjas abiertas.
Con todo esto, logramos llegar al puente y entramos en la laguna de la Paja. La laguna de la Paja es estacional, no siendo visible el agua que contiene por su espesa vegetación, algo perfecto para dar cobijo a una gran variedad de aves, y de otros animales como sapos.
Un sitio muy bonito, en el que el Ayuntamiento de Chiclana demuestra una vez más su falta de visión para promover el turismo y la conservación del medio. Señores, no todo es playa, y colocar una torre de observación alli es muy, muy barato, tanto en su construcción como el mantenimiento. Copien un poco de los Toruños, por favor. Porque al que le guste mirar las especies que habitan alli, necesita un lugar elevado para poder observar.
Y otra cosilla. ¿Por qué el acceso a la laguna por la entrada de Polanco está cerrada con un candado? La verdad, es que no lo entiendo, habiendo alli una ruta indicada y todo. Al menos, se puede entrar saltando una valla cortada que alguien ha preparado, asi que otro dia nos acercaremos hasta alli y lo veremos con más tranquilidad.
Bueno, pues vuelta a Chiclana y ruta realizada. El trazado tiene unos 30 kilómetros, muy fáciles de realizar, comenzando subiendo un poco y luego bajando. Gracias a Carmen por tu compañia y tus lecciones sobre las aves :)
Ver Lagunas de Chiclana en un mapa más grande
BENALMADENA.Bonita ruta y buenas fotos
ResponderEliminarGracias, me alegro que te gusten :)
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