Esta ruta está mucho más alejada que la primera, la Cerrada de Lézar, situándose cerca del camping denominado El Cortijillo, y muy próximo al Cortijo del Nacimiento. Y hasta alli fui con la bici desde Castril.
En el panel de la ruta viene indicado que la via esta fuera de servicio...y es cierto. Creia que exageraban, pero unos metros más arriba vi a que se referia. El carril está cortado, un socavón enorme ha hecho desaparecer el camino varios metros.
Pero se ha creado un pequeño desvio gracias a los senderistas intrépidos, que hace posible volver a la ruta, y empujando la bici poco a poco, logré seguir el carril. Es un camino estrecho (hay que extremar la precaución), muy divertido de pedalear, que pasa por algunas zonas bajo la sombra de pinos, con poca pendiente en casi todo el recorrido. Se pueden apreciar muchas lascas.
Cerca de un kilómetro y medio (la ruta es cortita en bici) podremos ver un arroyo, y observar las paredes que componen la Cerrada de la Magdalena.
Pero lo mejor está al llegar al final de la ruta. Una cascada del agua más cristalina que he visto nunca, brotando de la misma roca y formando una "piscina" de la que dan unas ganas enormes de surmegirse, si no fuera porque el agua está helada y te puede entrar algo. Me gustó muchisimo más que la Cerrada de Lézar. Una visita obligada si vienes a la Sierra de Castril.
Bueno, y eso es todo. La vuelta se hace mucha más divertida, ya que es bajando. Lástima que sea tan corta :).
En realidad, lo realmente duro de estas rutas es llegar a ellas desde Castril. Cuando vas a comenzarla, ya vienes cansado :). Pero merece la pena.
Aqui la ruta:
Ver Cerrada de la Magdalena en un mapa más grande
Dejo esta última foto, una placa en homenaje al montañero Arturo Checa Jiménez.
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